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Actualización de los trastornos psicosomáticos en la infancia

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Por Alma Toledo

El trabajo clínico con niños es un terreno fecundo para la investigación clínica. El psicoanálisis surge del trabajo con pacientes adultos, y es sólo más tarde, gracias a Melanie Klein y Anna Freud, que se desarrolla como un método sistematizado. Muchos pequeños con dificultades de diferente orden presentan, en su historia o en el lapso del trabajo analítico, afecciones somáticas de muy diversa índole e, incluso, en algunos casos, enfermedades irreversibles. Observamos que en algunos de ellos hay dificultades para llevar a cabo un juego simbólico. Abordar el problema desde la significación de los síntomas, a la manera de la tradición freudiana de hacer consciente lo inconsciente, es parte del trabajo, aunque en muchos casos no sea suficiente.

Los aportes de importantes psicoanalistas como Bion, Meltzer, Winnicott, Sami-Ali, McDougall, Green, entre otros, advierten sobre la importancia de pensar en los vacíos, en lo que no se ha construido psíquicamente, en las conexiones que faltan para poder ser expresadas, por ejemplo, en el terreno de la significación. Muchos de estos infantes presentan un funcionamiento mecánico, como si aprendieran sólo por imitación o mecánicamente. Las modalidades de intervención y de interpretación en estos casos representan un reto para el trabajo terapéutico.

Cada vez con mayor frecuencia recibo casos de pequeños con importantes problemas de insomnio, asma, obesidad, dermatitis, alergias o carencias simbólicas que, en algunos casos, pueden ser factores predisponentes a eclosiones somáticas. Preguntarse por ciertas modalidades vinculares al interior de la familia es un eje relevante para la comprensión de estos fenómenos. El trabajo en torno al cuerpo en el análisis infantil es central. Cuando los niños no pueden expresar simbólicamente sus afectos, aumenta el riesgo de que descarguen somáticamente, lo que incrementa la probabilidad de presentar ciertas enfermedades físicas.

La discriminación de la patología en la infancia es un tema polémico. Aspectos tales como la inmadurez del niño, la influencia del desarrollo y los cambios que conlleva, su dependencia, la influencia de su historia, del medio ambiente y, en particular, de la familia, complejizan aún más el problema. La psicosomática genera inquietud y se basa en modelos de funcionamiento distintos a los que se presentan en las neurosis. A partir de esto, diversos autores se ocupan de conceptualizar las fallas en la estructuración simbólica, el tipo de vínculo, el uso de defensas primitivas, la presencia de ansiedades de tipo catastrófico y, por supuesto, la impactante escisión entre los registros corporales y los psíquicos.

En el encuentro “Actualización de los trastornos psicosomáticos en la infancia”, que se llevará a cabo el 22 de febrero próximo, dialogaremos sobre este apasionante tema.

Referencias:

Békei, M. (1984). Trastornos psicosomáticos en la niñez y adolescencia. Gedisa

Leiberman, C. y Bleichmar, N. (2001). Las perspectivas del psicoanálisis. Paidós.

Lenarduzzi, H. (2005). Entre biología y cultura. Un estudio de la psicosomática en la

infancia y la adolescencia. Biblos.

McDougall, J. (1989). Teatros del cuerpo. Julián Yébenes.

Winnicott, D. (1964). La enfermedad psico-somática en sus aspectos positivos y negativos. Revista Uruguaya de Psicoanálisis, No. 61.

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