Por Celia Leiberman
Lo que quiero mostrarles y, de ser posible, discutir con ustedes en este Encuentro, es lo interesante que resulta para toda persona y/o profesional que quiera profundizar en sus propias emociones y las de los demás, aprender sobre los procesos de psicoterapia psicoanalítica y psicoanálisis. Además, deseo contarles diferentes experiencias que tuve en ese sentido durante más de 50 años de trabajo con pacientes adolescentes y adultos desde la perspectiva psicoanalítica. También hablaré sobre la docencia, los libros y los trabajos científicos relacionados con dichos temas. El Centro Eleia. Actividades Psicológicas es otro resultado de esta tarea, que realizo en conjunto con el Dr. Norberto Bleichmar.
¿Por qué le puse este título a mi exposición de hoy? Nunca aprendí ni ejecuté ninguna disciplina artística, lamentablemente. No tengo aptitudes para ello. En cambio, siento una gran admiración por toda persona que tenga la capacidad para realizar actividades vinculadas con el arte. Me interesa la intensa experiencia emocional que proporciona todo lo que tenga que ver con alguna expresión artística, ya sea para quien lo realiza o para otra persona que lo percibe y, de ser posible, admira.
Me recibí de médica y, de inmediato, comprendí que quería dedicarme a la psiquiatría y el psicoanálisis. Hay muchos esquemas referenciales dentro de esta disciplina. Por supuesto, elegí aquéllos que toman en cuenta principalmente los estados mentales y emocionales de las personas, así como el vínculo emocional entre terapeuta y paciente como instrumento principal del tratamiento. No sé si estos son los mejores instrumentos para esta tarea, pero fueron siempre los más afines a mis intereses y sensibilidad. En ese sentido, aprendí una línea de comprensión que, partiendo de Freud, sigue algunas ideas de Klein y los autores postkleinianos. En particular, en esta oportunidad, tomaré algunas ideas centrales de Donald Meltzer.
Meltzer piensa que, en la evolución de toda persona, se establecen dos clases de vínculos, ambos esenciales para el desarrollo personal. Él diferencia entre las relaciones convencionales y las íntimas. Las dos promueven el desarrollo, pero tienen naturalezas muy diferentes. Las relaciones convencionales son sociales; promueven la adaptación social y el acúmulo de información y aprendizaje. En cambio, las relaciones íntimas tienen una naturaleza diferente; fomentan el crecimiento emocional y mental de todo individuo.
El psicoanálisis y la psicoterapia psicoanalítica están destinados a mejorar el estado emocional del paciente, sus fallas en el desarrollo, los síntomas y sufrimientos mentales que provocan, así como los trastornos que producen en la identidad personal y el carácter. Además, desde esta perspectiva, todos los seres humanos tenemos aspectos más sanos y otros que padecen trastornos, partes infantiles y otras adultas, procesos de integración y otros aspectos que se expulsan fuera de nosotros, produciendo el desconocimiento de uno mismo. Por eso existen personas que sólo viven en el mundo externo y sus vicisitudes. No pueden acceder a su propia vida emocional y mental.
Todos los mensajes verbales que intercambiamos con otras personas, incluyendo el tratamiento de psicoterapia con el terapeuta, son siempre una mezcla del lenguaje realista que usamos para describir sucesos actuales, experiencias, relatos de sueños, fantasías, ocurrencias imaginativas con o sin sentido, y todo lo que sentimos como “lo que nos sucede en el presente”. Esto se combina con la percepción de síntomas, angustias y rasgos de carácter que pueden o no provocarnos sufrimiento, junto con recuerdos del pasado y, sin saberlo, una mezcla de fantasías inconscientes que no detectamos como tales, pero que se incorporan a nuestro lenguaje racional.
En el tratamiento de psicoterapia psicoanalítica o psicoanalítico, la mente del terapeuta puede ir descubriendo y describiéndole al paciente, con un lenguaje muy directo y sencillo, las fantasías inconscientes que subyacen al lenguaje consciente que aquél despliega en las sucesivas sesiones. Este desarrollo, en un clima íntimo y sincero, permitirá que el paciente tenga poco a poco un acceso a la comprensión del trasfondo de sus estados emocionales y mentales, que de otra manera le resultan ajenos y desconocidos.
El dolor mental es un elemento que está presente en cualquier proceso de progreso o crecimiento, ya sea físico, mental, emocional, profesional o de cualquier otra índole. También aparecerá, por supuesto, la alegría promovida por dichos progresos. Siempre que se adquiere algo nuevo en la personalidad, existen otros aspectos a los que se tiene que renunciar. Por esto, la manera en que cada individuo procesa los sentimientos dolorosos de renuncia personal dependerá del equipo interno emocional que tenga. Los aspectos más saludables de nuestro estado mental reforzarán los sentimientos optimistas. Los más débiles o inseguros infundirán emociones pesimistas. Este delicado equilibrio, presente durante toda la vida emocional, también podrá ser entendido y reforzado en un tratamiento de psicoterapia psicoanalítica o psicoanálisis.
Como podrán apreciar, la tarea del psicoanalista al atender a sus pacientes implica un compromiso personal y emocional tan intenso que, en algunas circunstancias, aun en los desarrollos teóricos, es imposible realizar relatos de sesiones como algo que sucede fuera de uno mismo. Tal es el involucramiento personal del terapeuta que, por momentos, estos ejemplos parecen una autobiografía.
Éstos y otros temas esenciales para la salud mental serán revisados durante el Encuentro. Se relatarán muchos ejemplos clínicos que nos permitirán entender cómo se desarrolla un tratamiento psicoanalítico, cuáles son los beneficios que ofrece a los pacientes y las satisfacciones y progresos emocionales que, indefectiblemente, también promueven en el terapeuta.
Obtén acceso al encuentro en el siguiente enlace: https://ec.centroeleia.edu.mx/curso/contacto-emocional-y-creacion-artistica-en-la-terapia-psicoanalitica/